Ser extranjero...
II
Ser extranjero de un cuerpo
y sudar arena.
Ver a tu madre morir y estar seco.
Olvidar que el cuerpo es tormenta que espera.
Dormir sobre un péndulo mudo.
Abrazar a tus hijos pensando
en los países que ya no podrás ver.
Ser siempre el mismo forajido del tiempo.
Tener familia y casa y alguien esperándote
y estar ausente
siempre
de todas las palabras
de todos los ecos
lejos del deseo
y sin embargo
no fallar en la muerte.
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Autor:
María Casiraghi
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